Prematrimoniales

En Cox se realizan dos cursillos para novios. Uno la última semana de octubre y otro la segunda semana de  febrero.


1.- ALGO TAN IMPORTANTE COMO UN SACRAMENTO.

- ¿QUÉ ES UN SACRAMENTO?

Lo diremos de una forma sencilla: un sacramento es un ENCUENTRO CON DIOS. Un encuentro personal y comunitario con "lo sagrado", "lo sobrenatural", con el "misterio" (sacramentum en latín significa misterio), que te lleva a descubrir un sentido más profundo y auténtico más allá de la simple apariencia de las cosas.

Desde esta perspectiva podemos pensar que cualquier cosa puede ser "un sacramento": un acontecimiento, una persona, una situación, una experiencia,... Y así es efectivamente. Todo aquello que nos lleve a tener un encuentro con Dios es un sacramento para nosotros.

Entonces, ¿por qué los 7 sacramentos de la Iglesia?, podemos pensar.

- LOS SACRAMENTOS DE LA IGLESIA

Algunos tal vez no recuerden que en la catequesis le enseñaron que los Sacramentos eran 7. Si todo puede ser sacramento para nosotros, ¿por qué esos sacramentos especiales? Porque existen unas experiencias fundamentales en la vida, más importantes, en las que nos encontramos con dios con mayor facilidad, nos remiten a Él casi espontáneamente.

Veamos cuáles son esas experiencias, y el sacramento con el que guardan estrecha relación:

• El misterio de la vida : BAUTISMO
• El crecimiento : CONFIRMACIÓN
• La unión - división : PENITENCIA
• La fraternidad - amistad : EUCARISTÍA
• El amor - entrega - servicio : MATRIMONIO / SACERDOCIO
• El dolor y la muerte : UNCIÓN DE ENFERMOS
Ahora vemos cómo los Sacramentos tienen que ver con nuestra vida más de los que pensamos. Nuestras experiencias humanos son "completadas" por las experiencias religiosas. Dicho de otra manera: El cristiano vive todo lo humano con una profundidad y sentido especial desde su fe religiosa.

Por tanto, los sacramentos no son ceremonias raras que se hacen en la Iglesia, sino celebraciones litúrgicas de aquello que acontece en nuestra vida, y que conlleva una relación especial con el Señor, expresada mediante palabra, gestos y símbolos. En el matrimonio por ejemplo: las palabras del consentimiento, los anillos, las arras,... que expresan el amor y entrega de la pareja.

- SIN FE NO HAY SACRAMENTO

Como ya hemos señalado, para celebrar un sacramento, la fe es fundamental. En todos los sacramentos tiene que estar presente la fe, también en el matrimonio.

Recibir sin fe un sacramento, en este caso el Matrimonio cristiano, no es más que una ceremonia teatral de la que Dios no puede estar muy contento. Además, el matrimonio seria inválido y la pareja no estaría realmente casada delante de Dios aunque lo estuviese para los hombres legalmente.

2.- EL MATRIMONIO CRISTIANO.


- ¿QUÉ ES EL MATRIMONIO CRISTIANO?

Según lo que hemos dicho que es un sacramento, sería el encuentro con Dios desde el amor de dos personas que quieren hacer un proyecto de vida común y formar una familia. Un íntima COMUNIDAD DE VIDA Y AMOR bendecida por Dios por medio de su Iglesia.

Para un cristiano, ese amor de la pareja es signo de dos cosas:
• El amor de Dios a los hombres.
• El amor de Jesucristo a su Iglesia.

Por tanto, el amor conyugal es siempre semejante al amor de Dios: libre, fiel, total, permanente y fecundo. Una pareja creyente ha de tener esto como punto de referencia constante.

Un amor que es siempre una meta a alcanzar, que hay que aprender en continuo proceso de perfección y superación. Hay que aprender en continuo proceso de perfección y superación. Hay que ir realizando el sacramento día a día. No es algo que se agote el día de la boda: es exigencia de entrega renovada cada día.

- CARACTERÍSTICAS DEL MATRIMONIO CRISTIANO

Así entendemos los cristianos el matrimonio. Y de eso se desprenden una serie de características que configuran este sacramento:

• LA UNIDAD: La unión que se da en la pareja es tan íntima y estrecha, que comprenden perfectamente aquellas palabras de Jesús: "ya no son dos, sino una sola carne". Son dos "tú", que sin perder su libertad y características propias, forman un "yo".
• LA TOTALIDAD: Se ama sin reservas, con todo el corazón, y a toda la persona. Con sus virtudes y defectos, con sus cosas positivas y otras que no lo son tanto. Con un amor "que no busca su interés, no se irrita y no apunta las ofensas", como dice S. Pablo en la primera carta a los Corintios (I Cor. 13)
• LA INDISOLUBILIDAD: Se vive una relación que es fiel y para siempre: "en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y la enfermedad, todos los días de la vida".

Ahora, tal vez, se comprenda mejor por qué la Iglesia no acepta el DIVORCIO: por su forma de entender desde la fe el matrimonio, y lo que es una verdadera relación de pareja. El mismo Jesús habla de esto en el Evangelio: "lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre" (Mt. 19,6).

Todos sabemos que esto es difícil, pero la misión de la Iglesia consiste en señalar el ideal hacia el que tender y por el que tenemos que luchar. Por otra parte, hemos de reconocer que toda pareja eso es lo que desea y lo que anhela en el fondo de su corazón. Después, es verdad, vienen las dificultades de la vida, pero no por eso hemos de rendirnos fácilmente y pensar que se trata de un imposible. Por encima de todas las dificultades la gracia del sacramento nunca va a fallar. La presencia de Dios en el amor de los esposos, que ha hecho nacer su amor, lo fundamente, lo hace crecer y lo lleva a plenitud. En esta presencia de Dios es donde radica la esencia profunda del sacramento del matrimonio, y donde se fundamenta su indisolubilidad, su carácter de ser para siempre.

Además habrá que contar, claro está, con la cooperación y esfuerzo de la pareja, que pone todo su empeño en solucionar los problemas que se presenten, con la ayuda de quien sea necesario: familia, amigos o profesionales de los distintos campos.

Digamos por último, esbozando una sonrisa, que el matrimonio es cosa de tres: tú, tu pareja y Dios.

3.- LA CELEBRACIÓN DEL MATRIMONIO CRISTIANO.

Después de todo lo que hemos visto sobre el matrimonio, parece elemental afirmar que quien no sea cristiano y no esté dispuesto a asumir esos compromisos, no debería pedir celebrar su boda por la Iglesia. Sólo quien entiende y vive así su vida de pareja sabrá celebrar y disfrutar la liturgia sacramental que se realiza el día de su casamiento.

- EL EXPEDIENTE MATRIMONIAL

Lamentablemente algunas parejas cuando se acercan a la Parroquia para comunicar al sacerdote su deseo de casarse y fijar la fecha de la boda, no se preocupan demasiado por todo lo que hemos dicho anteriormente, y sólo preguntan por "los papeles" que necesitan.

Ahora comprenderemos que lo verdaderamente importante es estar preparado para "casarse como Dios manda". Pero también es necesario saber el papeleo que hace falta. Por eso vamos a hablar de ello.
- Lo que necesitáis:

Para casarse hay que hacer un EXPEDIENTE MATRIMONIAL. Si los dos pertenecéis a la misma Parroquia, sólo se hace un expediente.

Cuando son de distinta Parroquia, cada uno hará en la suya medio expediente, que después se unirán para llevar a la Parroquia en que van a contraer matrimonio.

Para realizar todos los trámites con tranquilidad, incluido el Cursillo Prematrimonial si no se ha realizado todavía, hay que ponerse en contacto con la Parroquia donde se vaya a celebrar la boda, o con la que debe realizar medio expediente, al menos con TRES MESES de antelación.


Los papeles que cada uno debe entregar son estos:

 La partida de Bautismo. Si te casa en la Parroquia donde fuiste bautizado, el mismo párroco la hará. Si no es así debes pedirla en la Parroquia donde te bautizaron.

 Fotocopia del Carnet de Identidad.

 Partida Literal de Nacimiento.

 El certificado de haber realizado el Cursillo Prematrimonial.

Además tenéis que presentar DOS TESTIGOS para firmar. Mayores de edad, que no sean de vuestra familia y que lleven el DNI. Si sois de distinta Parroquia cada uno los presentará en la suya.

Ya veis que no es tan complicado como la gente piensa.

Otra cosa importante: No vayáis nunca a la Parroquia en que queráis casaros con la fecha de la boda ya fijada, porque hayáis hablado con el restaurante o por cualquier otra causa. Tal vez no sea posible en esa fecha y os creéis problemas innecesarios. Antes que con nadie hay que consultar con el párroco.
- Lo que firmáis:

Antes de la boda debéis firmar en el expediente matrimonial dos cosas, aunque de hecho es la misma, sólo que una es en términos jurídicos (Examen de los contrayentes), y otra en términos pastorales (Declaración de intenciones).
La DECLARACIÓN DE INTENCIONES no es más que un resumen de lo que significa el matrimonio cristiano:

"El día de mi matrimonio, me comprometo públicamente y con plena libertad, en presencia de Dios, a formar con mi prometido/a una verdadera comunidad de vida y amor, bendecida por Cristo, como lo quiere y desea la Iglesia.

Con este compromiso mutuo, quiero establecer entre nosotros un lazo sagrado, que nada pueda destruirlo.

También me comprometo a hacer lo posible para que nuestro amor crezca con una fidelidad total y ser para mi esposo/a ayuda constante.

Acepto los hijos que puedan nacer de nuestro amor. Procuraremos educarlos humana y cristianamente lo mejor que sepamos.

Yo creo que el amor nos existe superar todos nuestros egoísmos para hacernos felices el uno al otro".
(Del Expediente Matrimonial)

El día de la boda firmaréis después de la ceremonia, que el matrimonio se ha celebrado, junto con dos testigos que asistan al acto, por ejemplo los padrinos.

Se os entregará una Notificación de Matrimonio Canónico para que lo llevéis al juzgado al que pertenece la Parroquia. Allí, entonces, os entregarán el Libro de Familia.

- LA PREPARACIÓN DE LA CELEBRACIÓN

- La preparación inmediata.

Algunos días antes de la boda deberéis preparar la celebración con el sacerdote que os va a casar. Repasareis toda la ceremonia para que tengáis claro lo que debéis hacer. También ultimaréis las cosas que sean necesarias.

- Algunas cosas a tener en cuenta

 La decoración y forma de realizar la ceremonia será en todas las bodas igual, así evitamos comparaciones, competencias y lucimientos innecesarios. La pareja sólo se encargará de comprar las flores para el templo.

 Aunque ya sabemos que eso no depende de vosotros, es deseable que comentéis con los familiares y amigos que os acompañen a la Iglesia, la importancia de estar en ella con respeto y en silencio, pues se trata de un acto religioso en el que hay que estar con la compostura adecuada.

 También a los fotógrafos, aunque cada vez actúan con mayor profesionalidad, habría que recordarles que no entorpezcan la celebración y realicen su trabajo con discreción. Esto es más necesario si no son profesionales, y se trata de amigos o familiares los que hacen las fotos y el vídeo.

 Si escogéis a niños para que lleven los anillos y las arras, debéis procurar que no sean demasiado pequeños para evitar problemas en el momento que deben intervenir.

 Aunque esto tampoco depende de vosotros, sería bueno que aconsejaseis a los que vayan a echar arroz u otra cosa al final de la boda, que lo hiciesen fuera del templo. Después hay que limpiar, y sobre todo si a continuación hay otra celebración en la Iglesia, algunas personas (principalmente las mayores) pueden resbalar y caer.

 Algo muy importante, y esto sí que depende de vosotros: debéis ser puntuales. No sólo por el sacerdote, sino por respeto a las personas que os acompañan, a las que sin duda (como nos pasa a todos) no les gustará esperar.
 Algunas parejas preguntan que cuánto vale la boda, o el expediente que se les ha hecho aunque se casen en otra Iglesia. En el Despacho Parroquial se os comunicarán los araceles diocesanos para ayudar al mantenimiento de la Parroquia.

- LA CELEBRACIÓN DEL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO

- Algunas consideraciones previas

Lo primero que tenemos que tener claro es que el matrimonio es un sacramento como los demás que tiene valor y significado propio, y no necesita estar acompañado de otro, como la Eucaristía, para ser celebrado con total dignidad. Una boda sin misa no es un casamiento de segunda categoría. Además, un matrimonio dentro de la Eucaristía sólo tiene sentido cuando la pareja es auténticamente cristiana y va, habitualmente, a Misa los domingos. Si no es así, la Misa la convertimos en un relleno de la boda, por cuestiones de tradición, porque la ceremonia queda más bonita, o simplemente por dar gusto a los familiares que insisten sobre el tema.

Teniendo en cuenta todo esto concretamos:

 En nuestra parroquia quien desee la boda con Misa deberá manifestarlo expresamente, explicando las razones por las que lo han decidido.

 En todas las bodas con Misa, los novios y los padrinos deben comulgar. Lo contrario no tendría ningún sentido.

 Antes de comulgar hay que confesar. Sobre todo si se lleva mucho tiempo sin hacerlo.

Como ayuda para confesarse bien recordemos lo siguiente:

 Antes de la Confesión:
Se revisa la vida, pensando aquello de lo que uno tiene que arrepentirse y pedir perdón al Señor: mi relación con los demás, con Dios y conmigo mismo.

 La confesión:
Te acercas al sacerdote y haces la Señal de la Cruz. Y dices: "Le pido perdón al Señor por todos mis pecados". A continuación dices todos tus pecados. El sacerdote te da la Absolución, te perdonará los pecados, en el nombre del Señor.
 Después de la Confesión:
Das gracias al Señor por haber perdonado tus pecados y cumples la penitencia que el sacerdote te haya dicho.

Veamos ahora en concreto lo principal de vuestra boda: el rito del sacramento del Matrimonio. Esto es lo que prepararéis adecuadamente unos días antes de la boda con el sacerdote que os va a casar.
- El rito del Matrimonio

- Escrutinio:

Entonces el sacerdote los interroga acerca de la libertad, la fidelidad y la aceptación y educación de la prole, y a cada pregunta ellos responden:

• N. y N., ¿venis a contraer Matrimonio sin ser coaccionados, libre y voluntariamente?

• R.: Sí venimos libremente.

• ¿Estáis decididos a amaros y respetaros mutuamente, siguiendo el modo de vida propio del Matrimonio, durante toda la vida?

• R.: Sí, estamos decididos.

La siguiente pregunta se puede omitir si las circunstancias lo aconsejan, por ejemplo, si los novios son de edad avanzada:

• ¿Estáis dispuestos a recibir de Dios responsable y amorosamente los hijos, y a educarlos según la ley de Cristo y de su Iglesia?

• R.: Sí, estamos dispuestos.

- Consentimiento:

El ministro los invita a expresar el consentimiento:
Así, pues, ya que queréis contraer matrimonio, unid vuestras manos, y manifestad vuestro consentimiento ante Dios y su Iglesia.

Se dan la mano derecha.

El varón dice:

Yo, N., te recibo a tí, N., como esposa y me entrego a tí, y prometo sete fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida.

La mujer dice:

Yo, N., te recibo a ti, N., como esposo y me entrego a ti, y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida.

- Bendición y entrega de los anillos:

El ministro dice:
El Señor bendiga + estos anillos que vais a entregaros el uno al otro en señal de amor y fidelidad.
R. Amén.

(Hay otras fórmulas de bendición de los anillos) Según la oportunidad, asperja los anillos y los entrega a los esposos.

El esposo introduce en el dedo anular de la esposa el anillo a ella destinado, diciendo, según la oportunidad:

N., recibe esta alianza en señal de mi amor y fidelidad a ti. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Asímismo, la esposa introduce en el dedo anular del esposo el anillo a él destinado, diciendo según la oportunidad:

N., recibe esta alianza en señal de mi amor y fidelidad a ti. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Según las costumbres locales se puede realizar a continuación el rito de la bendición y entrega de las arras.

- Bendición y entrega de las arras

El ministro dice:
Bendice +, Señor, estas arras que N. y N. se entregan, y derrama sobre ellos la abundancia de tus bienes.

El esposo toma las arras y las entrega a la esposa diciendo:
N., recibe estas arras como prenda de la bendición de Dios y signo de los bienes que vamos a compartir.

La esposa igualmente las entrega al esposo, diciendo:
N., recibe estas arras como prenda de la bendición de Dios y signo de los bienes que vamos a compartir.

- Y PARA TERMINAR...

UN CONSEJO:

Ya sabemos que el día de la boda tendréis mucho ajetreo, y tal vez sea inevitable, pero procurar que nadie os agobie, ni la familia, ni los amigos, ni los fotógrafos,... sólo vosotros y vuestro amor sois lo importante. Tratad de "aislaros", y disfrutad de la celebración de vuestro matrimonio en todos los sentidos.


Y UN DESEO: Que cuidéis vuestro amor, y pongáis en vuestra "mesa" una silla para el Señor.