sábado, 20 de marzo de 2010

DOLORES DE LA VIRGEN: STABAT MATER

1.- Estaba la Madre dolorosa junto a la Cruz llorando, mientras su Hijo pendía.
2- Su alma llorosa, triste y dolorida, fue traspasada por una espada.
3.- ¡Oh cuán triste y afligida estuvo aquella bendita Madre del Unigénito!.
4.- Estaba triste y dolorosa, como madre piadosa, al ver las penas de su Divino Hijo.
5.- ¿Qué hombre no lloraría, si viese a la Madre de Cristo en tan atroz suplicio?
6.- ¿Quién no se contristaría, al contemplar a la Madre de Cristo dolerse con su Hijo?.
7.- Por los pecados de su pueblo vio a Jesús en los tormentos, y sometido a los azotes.
8.- Vio a su dulce Hijo morir abandonado, cuando entregó su espíritu.
9.- ¡Ea, Madre, fuente de amor!. Haz que sienta yo la fuerza de tu dolor, para que contigo llore.
10.- Haz que arda mi corazón en amor de Cristo mi Dios, para que así le agrade.
11.- ¡Oh santa Madre!. Haz esto: graba las llagas del Crucificado en mi corazón hondamente.
12.- De tu Hijo lleno de heridas, que se dignó padecer tanto por mí, reparte conmigo las penas.
13.- Haz que yo contigo piadosamente llore, y que me conduela del Crucificado, mientras yo viva.
14.- Haz que esté contigo junto a la Cruz; pues deseo asociarme en el llanto.
15.- ¡Oh Virgen la más ilustre de todas las vírgenes! no seas ya dura para mí; haz que contigo llore.
16.- Haz que lleve la muerte de Cristo; hazme socio de su Pasión y que venere sus llagas.
17.- Haz que, herido con sus heridas, sea yo embriagado con la Cruz y con la Sangre de tu Hijo.
18.- Para que no me queme y arda en las llamas, por ti, oh Virgen, sea defendido en el día del juicio.
19.- ¡Oh Cristo! Cuando hubiere de salir de aquí, dame, por tu Madre, que llegue a la palma de la victoria.
20.- Cuando el cuerpo feneciere, haz que al alma se le de la gloria del Paraíso. Amén.

V.- Ruega por nosotros, Virgen dolorosísima .
R.- Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.

Oremos:
Oh Dios, en cuya Pasión fue traspasada de dolor el alma dulcísima de la gloriosa Virgen y Madre María, según la profecía de Simeón: concede propicio que, después de venerar su trasfixión y sus dolores, por los gloriosos méritos, súplicas e intercesión  de todos los Santos fieles en acompañarle junto a la Cruz, consigamos el efecto feliz de tu Pasión. Que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Nota: Puedes oir la música en latín y ver la partitura en  ENLACES, MUSICA LITÚRGICA, CANCIONERO, en Indice pulsa la "S" y allí está.

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