domingo, 28 de marzo de 2010

LA SEMANA SANTA. Reflexión del Rvdo. D. José Lozano

LA SEMANA SANTA
- Se llama también “Semana Mayor”. Para los cristianos es la Semana más importante de todo el año. En ella se celebra la Fiesta de la Pascua que es la más grande de todas las fiestas. Para esta semana nos preparamos con los cuarenta días de la Cuaresma, como ya vimos en el tema anterior.

- La Semana Santa comienza con el Domingo de Ramos, que es como la entrada en esta semana. En este domingo se celebra la entrada de Jesús en Jerusalén, donde iba a entregar su vida por nosotros, y en la celebración de la Eucaristía se lee la Pasión.

- Como ya sabemos, los días más importantes de la Semana Santa son el Jueves Santo, el Viernes Santo, y, sobre todo, la noche del Sábado Santo, en la que se celebra la Vigilia Pascual, la celebración más grande de todo el año, la resurrección del Señor.

- El Jueves Santo es el día en el que Jesús celebró su última cena con sus discípulos. En esa cena, Jesús les entregó su cuerpo y su sangre en el pan y en el vino, y les dijo que hicieran ellos lo mismo en conmemoración suya. Y además les lavó los pies y les dio el Mandamiento Nuevo: “Amaos unos a otros como yo os he amado”. Después de la celebración de la Eucaristía, se hace la adoración al Santísimo en el Monumento.

- En el Viernes Santo celebramos la muerte del Señor. La celebración de este día tiene cuatro partes: 1ª La lectura de la Pasión. 2ª La oración universal por todas las necesidades de la Iglesia y del mundo. 3ª La adoración de la Cruz y 4ª La comunión.

- Y el Sábado Santo por la noche, se celebra la Vigilia Pascual, que es la resurrección del Señor. En esta celebración, lo primero de todo se bendice el fuego y se entra a la Iglesia en procesión con el Cirio Pascual encendido, que representa a Jesús resucitado; todos encendemos nuestra velita del Cirio. A continuación se hace el Pregón Pascual, después se hacen la lecturas de la Sagrada Escritura. Acabadas las lecturas el Sacerdote hace una breve homilía. Y después se hace la renovación de las promesas del Bautismo, y, acabadas las promesas, se celebra la Eucaristía. Notaremos que en la misa se repite varias veces el “aleluya” que no se ha dicho en toda la Cuaresma. Es señal de la gran alegría que tenemos todos por la resurrección del Señor.

- Para vivir todas estas cosas necesitamos mucho silencio, mucha reflexión y mucha oración. Si no centramos nuestra atención en lo que celebramos, no nos enteramos de nada.

- Una de las cosas por la que vemos que nuestra sociedad ha dejado de ser cristiana es que, en estos días, la mayoría de la gente se los toma para tener vacaciones y para hacer turismo. Para mucha gente la Semana Santa sólo son unos días de descanso y de diversión. Lo que es menester es que nosotros no nos contagiemos de ese ambiente que hay en el mundo.

- También hay mucha gente que está apuntada a las cofradías y sale en los pasos. Cabe la posibilidad de que, preocupándose de organizar la procesión de su cofradía, estas personas estén tan metidos en eso, que no tengan posibilidad de participar, como es debido, en los oficios que se celebran en las parroquias. Si las cofradías ayudan a vivir con profundidad lo que se celebra en las parroquias, son buenas. Si nos distraen y nos despistan, ya no son tan buenas.

- Lo importante es que, a partir de la Semana Santa, los cristianos vivamos una vida nueva. Se ha de notar que hemos resucitado con el Señor. Y una de las señales más importantes, de que hemos resucitado, es que vivimos una vida llena de amor para Dios y para todas las personas. El que ama de verdad, ha resucitado. El egoísta está muerto. Y no sólo hemos de resucitar nosotros, han de resucitar también nuestras familias y nuestros barrios. Nos hemos de comprometer en resucitar todo lo que esté en nuestras manos, dando todo el amor que podamos en las cosas que hacemos y en el trato con todas las personas.

- Hemos de poner todo nuestro empeño en vivir, con profundidad la Semana Santa. Si no la vivimos así es que no hemos comprendido lo que es ser cristiano, nos distinguimos muy poco de las personas que ya se han apartado de la Iglesia.

CUESTIONARIO
1.- ¿Qué cosas no he entendido de lo que acabamos de leer?
2.- ¿Cómo he vivido la Semana Santa en los años anteriores?
3.- ¿Qué puedo hacer para vivir mejor estos días tan importantes?
4.- ¿En qué puedo ayudar a las personas que conozco a vivir bien la Semana Santa?
5.- ¿Cómo ha de ser mi vida después de la Semana Santa?

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